Thursday, August 19, 2010

8. CONSENTIDOS



CONSENTIDOS

Lionel Henríquez Barrientos.


OFICIO

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Editor:
Arnulfo Vigil


Primera Edición: Junio del 2010

R.P.I. Inscripción Nº 138.270 .27.02.2004.
Santiago Chile.1998.


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Monterrey, N.L.
México
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Impreso y hecho en México
Printed and made in Mexico

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A MANERA DE PRÓLOGO

Hay ocasiones en que un autor prefiere decir sus propias palabras, como una introducción o prólogo a un libro de su autoría. Éste es uno de esos casos. Y la razón es simple, puesto que los poemas compilados acá, por un lado, han reposado un largo período, más de los ocho años necesarios que aconsejaba el gran poeta latino Horacio (Quinto Horacio Flaco) en su “Arte Poética”, pues son poemas escritos entre 1991 y 1997, entre los que puedo destacar el texto de una misiva enviada a Don Nicanor Parra en 1991 y de la cual sólo obtuve una respuesta personal el año 1998 y por otro, de alguna manera escapan a las formas y contenidos que caracterizan mis otras creaciones, incluso de ese mismo período, ya que cada uno de ellos hace referencia a un tema que es de por sí mismo, íntimo y que corresponden o con mis lazos más cercanos, la familia compañera de esta vida que me ha tocado vivir, o con algunas circunstancias personales, miradas desde la perspectiva del sentimiento pasional, libre de todo acto de intelectualidad. Por lo mismo, el yo lírico se aparta un instante del camino recorrido por muchos años, transmutándose en otro que tiene la particularidad de hablar de una manera más cercana, íntima y personal. De ahí el título del libro, “CONSENTIDOS”, el cual creo que es un nombre indicado para él, pues contiene poemas que aparentemente, tienen un lenguaje más simple, diría casi coloquial y por lo mismo se alejan de la línea que usualmente he plasmado, plasmo y plasmaré en prácticamente toda mi obra; poemas con un dejo de consentimiento, los que han permanecido sin alteraciones por ya más de diez años, salvo el último, cuyo título lo he extendido a “NIETO(S)”, por razones obvias, precisamente por ser todos estos textos poéticos, “consentidos”. Hay un cierto grado de libertad en el hecho de tener la posibilidad de volar bajo el sol y sobre las nubes en cualquier dirección y sin rumbo fijo, en particular en éste y sin un paracaídas que permita posarse nuevamente en tierra, sobre todo después de haber efectuado un

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recorrido a través de aquellos sentimientos y sensaciones que juntos han formado una atmósfera en la que he podido respirar adecuadamente haciendo que mi vida tenga, en alguna medida, un sentido y que me permita decir que ha valido la pena vivir en estas coordenadas de tiempo y espacio tan llenos de profundos cambios en todos los ámbitos del saber humano.
Decir algo o dejar un escrito relacionado con lo trascendente más cercano a las vivencias, creo que es un deber para mi, pues me acercará aún más a mi esencia humana y al menos tendré la seguridad cierta que podré entregar estas urgencias interiores provocadas por las dualidades que me han acompañado por una gran parte de mi vida, compañía-soledad, alegría-tristeza, amor-desamor, pasión-sosiego, ternura-desapego, entre tantas otras, como efecto de acontecimientos que han marcado mis pasos. Entrega para lectores sensibles, en la esperanza de que ellas sirvan de complementos o simples referentes a las suyas, para que en dicha comunión, sus propias urgencias emprendan libremente el viaje de escape hacia las alturas de la imaginación, volando a otras dimensiones, rompiendo la gravedad que las retienen en sus mundos internos, sin sus ataduras humanas, para lograr ver, percibir desde esos lugares como se mueve el péndulo de sus vidas, sin ser parte integrante del mismo, donde esto último lo creo como una condición necesaria para lograr una armonía plena consigo mismo.
Finalmente, si he conseguido que el lector compasivo aprecie mis textos con mis propios ojos, habré logrado que éstos hijos que son mis poemas, vivan su propia vida, en un mundo disjunto físicamente, pero manteniendo siempre el recuerdo latente en ellos de haber habitado en las profundidades de mi mundo interno.


Lionel Henríquez Barrientos
VALDIVIA, Chile. Septiembre de 2009

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I
EN UNA VIDA

Entre el nacimiento y la muerte
sólo hay un pestañeo.

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CRECIMIENTO

En profundo e indómito silencio
machacando mis raíces
y bebiendo la infusión de su savia,
confundí el éxtasis de las flores.

Al subir por troncos y ramas
con manos y piernas de niño
en camino de intrincadas poses,
viví penumbra y claridad.

Apartando hojas y a través
de pétalos y perfumes
mi vista peregrina escapó de
su indómito y voluntarioso hastío.

Y mis ojos a través de los árboles
en vuelo entre los cirros
atraparán el reloj de la ventura
sancionando el tiempo y su verdad.


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VIVIENDO

El sol azuzó mis ojos
y dejó mi cabeza extraviada
perturbando mi peregrinar
por los corpúsculos de colores.

El viento helado aireó mi rostro.
Mi vista voló acariciando gaviotas
en los rosados cojines de nubes.

El sol iluminó mi frente,
los graznidos hipnotizaron mis oídos
y el parpadeo del mar arrulló mis piernas…

Agua, sal, luz, frío y calor
inundaron mi oscuridad.

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II
RECUERDOS

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En el camino tus pies consintieron las piedras
pues con ellas cimentaste el templo
en el que oraste casi una vida

YA NO SON LOS MISMOS DE MI NIÑEZ.

Ahora deliberan

Mil aviones
en atronador bufido
chirriaban por los cielos.

En feliz marcha
anunciaban a los niños
su fiesta del año.

En tierra vagones
cacareaban su impulso,
en el brillo soleado,
lo gallardo del día.

Con religiosa postura
aullaban los pavimentos
la temeraria y mortal carga
del transporte arrollador.

En hogares y butacas
hombres y párvulos
con golpes de manos
soltaban su emoción.

Hoy ya no son los mismos
deliberan con puertas cerradas,
engañan al hombre y al niño
en cajas ópticas y parlantes.

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Hoy soy el niño de ayer,
mis palmas no conversan
se cierran en altos puños
lloran el engaño infantil.

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CARTA ABIERTA A UN LONCO

Amigo de cuello erguido, hijo de la Tierra.
cuéntales a tu gente, mi sueño:

Medio dormido y entre parpadeos
viajé con tus pasos silenciosos
por los prologados cuadernos de tu familia.

Mis ojos acariciaron en tus antepasados,
los resecos y profundos pliegues
que el sol, la luna, la tierra
araron en alguna madrugada del tiempo.

Vi como nuestras raíces con ojos de río
nos calzaban con tecnología globalizante
arropándonos con mantas de copihues,
para atravesar el tiempo sin hambre
sin frío, sin rencores.

También, con escrutadores ojos
vi como nuestros ancestros
entre araucarias, mar y cordillera
y por mandato del Universo
enderezaban el camino
de nuestras generaciones.

Lonco Amigo, cuéntales mi sueño,
yo lo haré con mis hermanos, que son los tuyos,
¿Olvidemos el hacha y el arcabuz,
y juguemos a que no hemos visto nada?

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MISIVA IRREVERENTE

A Dn. Nicanor Parra S.

Don Nicanor,
perdone mi osadía
por nombrarlo así
y también por llamarle la atención
por un verso que no es del tono de sus canas
y menos su nombradía.

Cuando canta
"...la matemática aburre..."

¿No piensa que sus cantarinas aguas
ahogan los niños habitantes de nuestro entorno?

¿No piensa en ella, la Matemática,
la Madre que tuvo en su vientre
su lógica, su lenguaje
y más aún los parió
para su mejor deleite?

Si no es así
perdone mi osadía.

Preguntará quién soy
y le responderé:

No importa, pues sólo soy una tosca y mal formada arenilla
desencajada de la Tierra por mis infantiles manos,
para irreverentemente llegar volando
a herir sus profundos ojos (así lo espero)
y producirle lágrimas que rieguen sus arrugas
y laven la ofensa
en el Tiempo y en el Espacio,

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a su Literaria y Formadora Madre,
que también es la mía.
Si no es así
perdone mi osadía
y también mi corazón
por decir malamente lo que piensa.
Misiva enviada con el siguiente texto anexo: Valdivia, 06 de agosto de 1991. Don Nicanor: Me pisó los callos y me dolió. Por ello va ésta. Atte., L.H.B.

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MUJER, CUANDO TE MIRO

A todas las Mujeres del Mundo

Mujer, cuando nos encontramos
me pregunto,
¿qué es aquello que me enturbia el seso,
que me pone en las sienes
el tic-tac del reloj?,

¿son tus ojos
que ponen estacas en mi corazón
deslindando el terreno
que imaginas será tu propiedad?,

¿es tu mirar recorriendo mi alma
buscando un hogar que compartir?,

¿es tu cuerpo que junto a tus montes
cadenciosamente se mueven
recorriendo los aposentos de mi pasión?,

¿o es tu alma que desborda tu cuerpo
y sale al encuentro de la mía,
que sigilosamente se mueve
desde mi cuerpo al tuyo?

Mujer, cuando te dejo
me pregunto,
¿qué fue aquello
que se pintó en el cuaderno
que la vida puso en mi corazón?

Mujer, cuando te recuerdo
me pregunto,
¿qué fue aquello

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que hizo correr las aguas
del río cuyo cauce lo forman melodías
que a borbotones van desde el sacro
hasta mi enmudecido cráneo?

Mujer, sólo ahora recuerdo
que nuestras almas se estrecharon
y juntas nadaron en el lecho del río
que lleva las emociones
desde las cumbres de nuestras montañas
hasta el mar de la incertidumbre.

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EL ENCUENTRO

Entre dinteles
nuestras miradas se encontraron.

En violento estremecimiento
mi cuerpo viajó por el brumoso silencio
de arroyo en perenne caída
y mi alma voló entre la cresta del sol
y la comisura de tus labios.

Tu sonrisa plácida y coqueta
me invitó a entrelazar nuestras manos
mientras tus ojos bailaban en los míos
y nuestros cuerpos temblaban en monólogos
que abrigaban esa noche de promesas.

Entre ese ayer y el hoy en que recuerdo
la luna y el sol sólo han parpadeado.

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EXEQUIAS

Mis manos y los bronces de la urna
viajaron entrelazadas en carro con ruedas
de silenciosas gomas esmaltadas,
hacia la oscuridad del nicho.

Mentes y corazones
nadaron y vadearon sus lágrimas
al unirse al silencio del cortejo.

Caminaron árboles y flores
por entre las piedras y los adoquines
tras amortiguados pasos de ruidoso silencio.

Los muros y la madera se detuvieron
y los alientos contenidos
circularon la oración entre rosas y azucenas.

Rozó el bronce en el cemento.
Y tras el vidrio escondido,
emprendió el viaje sin retorno.

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III
LOS MIOS

Los momentos de alegría
escritos en los cuadernos de la niñez
dan luz y vitalidad
en la búsqueda de estaciones
donde se equilibren
el alma y la razón.

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MADRE

Entre vaivenes de aguaceros
el viento juega con las nubes
y en ellas el sol pincela
caprichos y ensueños.

En las pinturas
que el sol colorea a su antojo,
veo los pechos nutrientes
que afané con esmero
y que fueron calma
del llanto que fracturó la noche.

Viajo a ese encuentro,
busco el brillo palpitante
del regalo de tu mirada
a través de las caricias
que entrelazaste
entre tu rostro y mis manos.

Encuentro tus lágrimas
en el vaso de ternura
que desbordaba gota a gota
la alegría de alimentar mi camino.

Quiero detener esas nubes
para grabar lo no recordado,
y el viento juega
pincelando su arbitrio.

Con ojos silenciosos
Me duermo en los arreboles
en el viento, en el sol y en la lluvia...
...y esperaré nuevamente
en alguna esquina de mi vida.

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PADRE

A los pinceles
que afanaron tus manos
le posaron árboles y semillas.
Vestiste noches y días
escurriendo sus colores.

Tus bocetos volaron con el carbón.
Trompos, emboques y volantines
los plasmaste con tu fuego y tu escarcha
en profundos contrastes.

Con óleo y trementina fundiste los colores
que le dieron vida a mi familia, la tuya
enmarcada en tus pinturas.

Hoy, en camino de noches y días
en las paredes miro las telas
que retornan mi pasado,
¡las quisiera ...ahora!

HERMANOS

Trenzados en maternal cariño
en paisajes con cascajos y jardines
los juegos y peleas en veredas y calles
fueron abrazos y llanto de niños.

Siempre fuimos el cuerpo y el alma
de un pedazo del Universo.

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ABUELO

Mi mente se extravía al parpadear
los días y las noches de mis recuerdos.

No veo en mis gateos y tropiezos
tu pesado caminar esquivando mis juguetes
y no encuentro tus manos apretando las mías.

Sólo estás en fotografía, que te muestra en sepia,
erguido con tus canas y arrugas, del brazo de la abuela.

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ABUELA

Hoy en día te nombran
La Nona, la Oma, o la Bueli.
Yo te conocí como abuelita.

Dueña de tu casa, con falda y delantal,
de día con varilla corriendo tras de mí
de noche con tus manos arrugadas
en caricias por mi piel.

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ALUMBRAMIENTO

Ahora son dos que son uno,
uno que caminará por la
noche y el día de la vida.

La sonrisa de la ternura
será siempre la compañera
que los acaricie
en cada tic-tac de sus corazones.

Son dos que son uno
cuyo corazón será la flor
que adorne las sonrisas.

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HIJA

Mientras observo embelesado
mi corazón late apremiante.
Mil recuerdos bullen por salir.
Mi infancia es la tuya.

Vive tus juegos
en ellos mi sino
increíble afección,
serás madre, sublime mandato.

Viví los tuyos
con sutil indiferencia
con gran pasión.
Sólo padre
siento adoración.

El Universo quieren tus deseos.
Libertad en ebullición.
Soy padre
suavizo la tensión.

Tus sentimientos
ya fueron míos.
Penas y alegrías
vuelcan mi emoción.

Como padre
fabuloso arrobamiento.

Mi Dios, qué inquietud.
Que fértil imaginación.
Intento reprimirla.
Me estimo padre
modero el impulso.

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En breves momentos
tu dulce carácter
varía por completo.
Eres mi madre en proyección.

Nunca dejes tu niñez.
Tus ardorosas caricias
son estrellas que
siempre volverán.

Siempre padre
presiento tu transformación.

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Y NUEVAMENTE, HIJA

La vida nos dio un jardín.
Lo abonamos con paciencia y con cariño.
Dos rosas emergieron,
tú eras una y con tierna mirada
nos llenaste de alegría.

Escuchamos en el palpitar del tiempo
como tus hojas y ramas crecían
absorbiendo la inmensa bondad
que Dios a través de su entorno,
entre luces te entregaba.

El sol y la luna con hábiles manos
nos regalaron su tejido en oro y plata
y en él te vimos como pujante botón
ansiosa de coger la noche y el día
para que tu corazón comulgara el amor.

Tus pétalos de vivos colores
en nuestro jardín reinarán sólo un parpadeo.
Vendrán manos sedientas de amor
que te llevarán a tu propia primavera.
Y seremos felices de verte irradiando tu corazón.

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NIETOS

Tu mirada refrescante
hizo parpadear mi corazón.

Las sonrisas en tu rostro
enroscaron el manubrio de mi voluntad.

Viajaremos zigzagueantes calles
hablando de mi pasado y de tu futuro
sólo con nuestros ojos y, si así Dios lo quiere.

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INDICE

5 / PRÓLOGO

I. EN UNA VIDA

9 / Crecimiento
10 / Viviendo

II. RECUERDOS

13 / Ya no son los mismos de mi niñez, ahora deliberan
15 / Carta abierta a un Lonco
16 / Misiva Irreverente
18 / Mujer, cuando te miro
20 / El Encuentro
21 / Exequias

III. LOS MÍOS.

25 / Madre
26 / Padre
27 / Hermanos
28 / Abuelo
29 / Abuela
30 / Alumbramiento
31 / Hija
33 / Y Nuevamente Hija
34 / Nietos

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