Monday, October 28, 2013

ANTOLOGÍAS 

http://lionelalbertohenriquezb.blogspot.com/

1. Lima. Perú. "Nueva Poesía Hispanoamerícana".  Lord Byron Ediciones.  2da y 3a edición. 2004.

2.  Santiago. Chile. "Sin tinta ni papel". Mago Editores. 2004.

3. Santiago. Chile. "Intramuros". Mago Editores. 2005.

4. Barcelona España. "De mar a mar". Ediciones Atenas. 2006

5. Barranquillas. Colombia. "Azul Verde...Verde Azul".Editorial Conpalabra. 2009.




12. CONTRAMAREA. (Edición del 2012. Valdivia. Chile)
http://www.biblioteca.uach.cl/biblioteca_virtual/libros/2012/CH861.4HENBco2012.pdf
11. DE BÚHOS Y ALONDRAS (Edición del 2011. Lima. Perú)
http://www.biblioteca.uach.cl/biblioteca_virtual/libros/2010/CH861.4HENBb2010.pdf
10. EN LA OTRA RIBERA, POETAS UNIVERSITARIOS (edición del 2009. Junín de Bs. Aires. Argentina)

http://www.biblioteca.uach.cl/biblioteca_virtual/libros/2009/CH861.4HENBeo2009.pdf


9. VERBOS EN AGUAVIENTO (edición del 2008. Monterrey. México)
http://www.biblioteca.uach.cl/biblioteca_virtual/libros/2008/CH861.4HENBv2008.pdf

Thursday, August 19, 2010

8. CONSENTIDOS



CONSENTIDOS

Lionel Henríquez Barrientos.


OFICIO

3

Editor:
Arnulfo Vigil


Primera Edición: Junio del 2010

R.P.I. Inscripción Nº 138.270 .27.02.2004.
Santiago Chile.1998.


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Impreso y hecho en México
Printed and made in Mexico

4

A MANERA DE PRÓLOGO

Hay ocasiones en que un autor prefiere decir sus propias palabras, como una introducción o prólogo a un libro de su autoría. Éste es uno de esos casos. Y la razón es simple, puesto que los poemas compilados acá, por un lado, han reposado un largo período, más de los ocho años necesarios que aconsejaba el gran poeta latino Horacio (Quinto Horacio Flaco) en su “Arte Poética”, pues son poemas escritos entre 1991 y 1997, entre los que puedo destacar el texto de una misiva enviada a Don Nicanor Parra en 1991 y de la cual sólo obtuve una respuesta personal el año 1998 y por otro, de alguna manera escapan a las formas y contenidos que caracterizan mis otras creaciones, incluso de ese mismo período, ya que cada uno de ellos hace referencia a un tema que es de por sí mismo, íntimo y que corresponden o con mis lazos más cercanos, la familia compañera de esta vida que me ha tocado vivir, o con algunas circunstancias personales, miradas desde la perspectiva del sentimiento pasional, libre de todo acto de intelectualidad. Por lo mismo, el yo lírico se aparta un instante del camino recorrido por muchos años, transmutándose en otro que tiene la particularidad de hablar de una manera más cercana, íntima y personal. De ahí el título del libro, “CONSENTIDOS”, el cual creo que es un nombre indicado para él, pues contiene poemas que aparentemente, tienen un lenguaje más simple, diría casi coloquial y por lo mismo se alejan de la línea que usualmente he plasmado, plasmo y plasmaré en prácticamente toda mi obra; poemas con un dejo de consentimiento, los que han permanecido sin alteraciones por ya más de diez años, salvo el último, cuyo título lo he extendido a “NIETO(S)”, por razones obvias, precisamente por ser todos estos textos poéticos, “consentidos”. Hay un cierto grado de libertad en el hecho de tener la posibilidad de volar bajo el sol y sobre las nubes en cualquier dirección y sin rumbo fijo, en particular en éste y sin un paracaídas que permita posarse nuevamente en tierra, sobre todo después de haber efectuado un

5

recorrido a través de aquellos sentimientos y sensaciones que juntos han formado una atmósfera en la que he podido respirar adecuadamente haciendo que mi vida tenga, en alguna medida, un sentido y que me permita decir que ha valido la pena vivir en estas coordenadas de tiempo y espacio tan llenos de profundos cambios en todos los ámbitos del saber humano.
Decir algo o dejar un escrito relacionado con lo trascendente más cercano a las vivencias, creo que es un deber para mi, pues me acercará aún más a mi esencia humana y al menos tendré la seguridad cierta que podré entregar estas urgencias interiores provocadas por las dualidades que me han acompañado por una gran parte de mi vida, compañía-soledad, alegría-tristeza, amor-desamor, pasión-sosiego, ternura-desapego, entre tantas otras, como efecto de acontecimientos que han marcado mis pasos. Entrega para lectores sensibles, en la esperanza de que ellas sirvan de complementos o simples referentes a las suyas, para que en dicha comunión, sus propias urgencias emprendan libremente el viaje de escape hacia las alturas de la imaginación, volando a otras dimensiones, rompiendo la gravedad que las retienen en sus mundos internos, sin sus ataduras humanas, para lograr ver, percibir desde esos lugares como se mueve el péndulo de sus vidas, sin ser parte integrante del mismo, donde esto último lo creo como una condición necesaria para lograr una armonía plena consigo mismo.
Finalmente, si he conseguido que el lector compasivo aprecie mis textos con mis propios ojos, habré logrado que éstos hijos que son mis poemas, vivan su propia vida, en un mundo disjunto físicamente, pero manteniendo siempre el recuerdo latente en ellos de haber habitado en las profundidades de mi mundo interno.


Lionel Henríquez Barrientos
VALDIVIA, Chile. Septiembre de 2009

6

I
EN UNA VIDA

Entre el nacimiento y la muerte
sólo hay un pestañeo.

7


CRECIMIENTO

En profundo e indómito silencio
machacando mis raíces
y bebiendo la infusión de su savia,
confundí el éxtasis de las flores.

Al subir por troncos y ramas
con manos y piernas de niño
en camino de intrincadas poses,
viví penumbra y claridad.

Apartando hojas y a través
de pétalos y perfumes
mi vista peregrina escapó de
su indómito y voluntarioso hastío.

Y mis ojos a través de los árboles
en vuelo entre los cirros
atraparán el reloj de la ventura
sancionando el tiempo y su verdad.


9


VIVIENDO

El sol azuzó mis ojos
y dejó mi cabeza extraviada
perturbando mi peregrinar
por los corpúsculos de colores.

El viento helado aireó mi rostro.
Mi vista voló acariciando gaviotas
en los rosados cojines de nubes.

El sol iluminó mi frente,
los graznidos hipnotizaron mis oídos
y el parpadeo del mar arrulló mis piernas…

Agua, sal, luz, frío y calor
inundaron mi oscuridad.

10

II
RECUERDOS

11

En el camino tus pies consintieron las piedras
pues con ellas cimentaste el templo
en el que oraste casi una vida

YA NO SON LOS MISMOS DE MI NIÑEZ.

Ahora deliberan

Mil aviones
en atronador bufido
chirriaban por los cielos.

En feliz marcha
anunciaban a los niños
su fiesta del año.

En tierra vagones
cacareaban su impulso,
en el brillo soleado,
lo gallardo del día.

Con religiosa postura
aullaban los pavimentos
la temeraria y mortal carga
del transporte arrollador.

En hogares y butacas
hombres y párvulos
con golpes de manos
soltaban su emoción.

Hoy ya no son los mismos
deliberan con puertas cerradas,
engañan al hombre y al niño
en cajas ópticas y parlantes.

13


Hoy soy el niño de ayer,
mis palmas no conversan
se cierran en altos puños
lloran el engaño infantil.

15

CARTA ABIERTA A UN LONCO

Amigo de cuello erguido, hijo de la Tierra.
cuéntales a tu gente, mi sueño:

Medio dormido y entre parpadeos
viajé con tus pasos silenciosos
por los prologados cuadernos de tu familia.

Mis ojos acariciaron en tus antepasados,
los resecos y profundos pliegues
que el sol, la luna, la tierra
araron en alguna madrugada del tiempo.

Vi como nuestras raíces con ojos de río
nos calzaban con tecnología globalizante
arropándonos con mantas de copihues,
para atravesar el tiempo sin hambre
sin frío, sin rencores.

También, con escrutadores ojos
vi como nuestros ancestros
entre araucarias, mar y cordillera
y por mandato del Universo
enderezaban el camino
de nuestras generaciones.

Lonco Amigo, cuéntales mi sueño,
yo lo haré con mis hermanos, que son los tuyos,
¿Olvidemos el hacha y el arcabuz,
y juguemos a que no hemos visto nada?

15

MISIVA IRREVERENTE

A Dn. Nicanor Parra S.

Don Nicanor,
perdone mi osadía
por nombrarlo así
y también por llamarle la atención
por un verso que no es del tono de sus canas
y menos su nombradía.

Cuando canta
"...la matemática aburre..."

¿No piensa que sus cantarinas aguas
ahogan los niños habitantes de nuestro entorno?

¿No piensa en ella, la Matemática,
la Madre que tuvo en su vientre
su lógica, su lenguaje
y más aún los parió
para su mejor deleite?

Si no es así
perdone mi osadía.

Preguntará quién soy
y le responderé:

No importa, pues sólo soy una tosca y mal formada arenilla
desencajada de la Tierra por mis infantiles manos,
para irreverentemente llegar volando
a herir sus profundos ojos (así lo espero)
y producirle lágrimas que rieguen sus arrugas
y laven la ofensa
en el Tiempo y en el Espacio,

16

a su Literaria y Formadora Madre,
que también es la mía.
Si no es así
perdone mi osadía
y también mi corazón
por decir malamente lo que piensa.
Misiva enviada con el siguiente texto anexo: Valdivia, 06 de agosto de 1991. Don Nicanor: Me pisó los callos y me dolió. Por ello va ésta. Atte., L.H.B.

17

MUJER, CUANDO TE MIRO

A todas las Mujeres del Mundo

Mujer, cuando nos encontramos
me pregunto,
¿qué es aquello que me enturbia el seso,
que me pone en las sienes
el tic-tac del reloj?,

¿son tus ojos
que ponen estacas en mi corazón
deslindando el terreno
que imaginas será tu propiedad?,

¿es tu mirar recorriendo mi alma
buscando un hogar que compartir?,

¿es tu cuerpo que junto a tus montes
cadenciosamente se mueven
recorriendo los aposentos de mi pasión?,

¿o es tu alma que desborda tu cuerpo
y sale al encuentro de la mía,
que sigilosamente se mueve
desde mi cuerpo al tuyo?

Mujer, cuando te dejo
me pregunto,
¿qué fue aquello
que se pintó en el cuaderno
que la vida puso en mi corazón?

Mujer, cuando te recuerdo
me pregunto,
¿qué fue aquello

18

que hizo correr las aguas
del río cuyo cauce lo forman melodías
que a borbotones van desde el sacro
hasta mi enmudecido cráneo?

Mujer, sólo ahora recuerdo
que nuestras almas se estrecharon
y juntas nadaron en el lecho del río
que lleva las emociones
desde las cumbres de nuestras montañas
hasta el mar de la incertidumbre.

19

EL ENCUENTRO

Entre dinteles
nuestras miradas se encontraron.

En violento estremecimiento
mi cuerpo viajó por el brumoso silencio
de arroyo en perenne caída
y mi alma voló entre la cresta del sol
y la comisura de tus labios.

Tu sonrisa plácida y coqueta
me invitó a entrelazar nuestras manos
mientras tus ojos bailaban en los míos
y nuestros cuerpos temblaban en monólogos
que abrigaban esa noche de promesas.

Entre ese ayer y el hoy en que recuerdo
la luna y el sol sólo han parpadeado.

20

EXEQUIAS

Mis manos y los bronces de la urna
viajaron entrelazadas en carro con ruedas
de silenciosas gomas esmaltadas,
hacia la oscuridad del nicho.

Mentes y corazones
nadaron y vadearon sus lágrimas
al unirse al silencio del cortejo.

Caminaron árboles y flores
por entre las piedras y los adoquines
tras amortiguados pasos de ruidoso silencio.

Los muros y la madera se detuvieron
y los alientos contenidos
circularon la oración entre rosas y azucenas.

Rozó el bronce en el cemento.
Y tras el vidrio escondido,
emprendió el viaje sin retorno.

21

III
LOS MIOS

Los momentos de alegría
escritos en los cuadernos de la niñez
dan luz y vitalidad
en la búsqueda de estaciones
donde se equilibren
el alma y la razón.

23

MADRE

Entre vaivenes de aguaceros
el viento juega con las nubes
y en ellas el sol pincela
caprichos y ensueños.

En las pinturas
que el sol colorea a su antojo,
veo los pechos nutrientes
que afané con esmero
y que fueron calma
del llanto que fracturó la noche.

Viajo a ese encuentro,
busco el brillo palpitante
del regalo de tu mirada
a través de las caricias
que entrelazaste
entre tu rostro y mis manos.

Encuentro tus lágrimas
en el vaso de ternura
que desbordaba gota a gota
la alegría de alimentar mi camino.

Quiero detener esas nubes
para grabar lo no recordado,
y el viento juega
pincelando su arbitrio.

Con ojos silenciosos
Me duermo en los arreboles
en el viento, en el sol y en la lluvia...
...y esperaré nuevamente
en alguna esquina de mi vida.

25

PADRE

A los pinceles
que afanaron tus manos
le posaron árboles y semillas.
Vestiste noches y días
escurriendo sus colores.

Tus bocetos volaron con el carbón.
Trompos, emboques y volantines
los plasmaste con tu fuego y tu escarcha
en profundos contrastes.

Con óleo y trementina fundiste los colores
que le dieron vida a mi familia, la tuya
enmarcada en tus pinturas.

Hoy, en camino de noches y días
en las paredes miro las telas
que retornan mi pasado,
¡las quisiera ...ahora!

HERMANOS

Trenzados en maternal cariño
en paisajes con cascajos y jardines
los juegos y peleas en veredas y calles
fueron abrazos y llanto de niños.

Siempre fuimos el cuerpo y el alma
de un pedazo del Universo.

27

ABUELO

Mi mente se extravía al parpadear
los días y las noches de mis recuerdos.

No veo en mis gateos y tropiezos
tu pesado caminar esquivando mis juguetes
y no encuentro tus manos apretando las mías.

Sólo estás en fotografía, que te muestra en sepia,
erguido con tus canas y arrugas, del brazo de la abuela.

28

ABUELA

Hoy en día te nombran
La Nona, la Oma, o la Bueli.
Yo te conocí como abuelita.

Dueña de tu casa, con falda y delantal,
de día con varilla corriendo tras de mí
de noche con tus manos arrugadas
en caricias por mi piel.

29

ALUMBRAMIENTO

Ahora son dos que son uno,
uno que caminará por la
noche y el día de la vida.

La sonrisa de la ternura
será siempre la compañera
que los acaricie
en cada tic-tac de sus corazones.

Son dos que son uno
cuyo corazón será la flor
que adorne las sonrisas.

30

HIJA

Mientras observo embelesado
mi corazón late apremiante.
Mil recuerdos bullen por salir.
Mi infancia es la tuya.

Vive tus juegos
en ellos mi sino
increíble afección,
serás madre, sublime mandato.

Viví los tuyos
con sutil indiferencia
con gran pasión.
Sólo padre
siento adoración.

El Universo quieren tus deseos.
Libertad en ebullición.
Soy padre
suavizo la tensión.

Tus sentimientos
ya fueron míos.
Penas y alegrías
vuelcan mi emoción.

Como padre
fabuloso arrobamiento.

Mi Dios, qué inquietud.
Que fértil imaginación.
Intento reprimirla.
Me estimo padre
modero el impulso.

31

En breves momentos
tu dulce carácter
varía por completo.
Eres mi madre en proyección.

Nunca dejes tu niñez.
Tus ardorosas caricias
son estrellas que
siempre volverán.

Siempre padre
presiento tu transformación.

32

Y NUEVAMENTE, HIJA

La vida nos dio un jardín.
Lo abonamos con paciencia y con cariño.
Dos rosas emergieron,
tú eras una y con tierna mirada
nos llenaste de alegría.

Escuchamos en el palpitar del tiempo
como tus hojas y ramas crecían
absorbiendo la inmensa bondad
que Dios a través de su entorno,
entre luces te entregaba.

El sol y la luna con hábiles manos
nos regalaron su tejido en oro y plata
y en él te vimos como pujante botón
ansiosa de coger la noche y el día
para que tu corazón comulgara el amor.

Tus pétalos de vivos colores
en nuestro jardín reinarán sólo un parpadeo.
Vendrán manos sedientas de amor
que te llevarán a tu propia primavera.
Y seremos felices de verte irradiando tu corazón.

33

NIETOS

Tu mirada refrescante
hizo parpadear mi corazón.

Las sonrisas en tu rostro
enroscaron el manubrio de mi voluntad.

Viajaremos zigzagueantes calles
hablando de mi pasado y de tu futuro
sólo con nuestros ojos y, si así Dios lo quiere.

34

INDICE

5 / PRÓLOGO

I. EN UNA VIDA

9 / Crecimiento
10 / Viviendo

II. RECUERDOS

13 / Ya no son los mismos de mi niñez, ahora deliberan
15 / Carta abierta a un Lonco
16 / Misiva Irreverente
18 / Mujer, cuando te miro
20 / El Encuentro
21 / Exequias

III. LOS MÍOS.

25 / Madre
26 / Padre
27 / Hermanos
28 / Abuelo
29 / Abuela
30 / Alumbramiento
31 / Hija
33 / Y Nuevamente Hija
34 / Nietos

35

Sunday, May 09, 2010



7. SONETOS PEREGRINANTES
En carruaje, entre el Alfa y el Omega

OFICIO
EdicionEs


SONETOS PEREGRINANTES
En carruaje, entre el Alfa y el Omega

Lionel Henríquez Barrientos

Editor:
Arnulfo Vigil

Primera Edición: Diciembre 2009

©OFICIO EDICIONES
Aramberri 1311 Ote
Centro 64000
Monterrey, N.L.
MEXICO

Tel. (0181)83 40 89 05

Prohibida la reproducción o transmisión
parcial o total de esta obra en cualquier
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información, sin permiso del autor.

Impreso y hecho en México
Printed and made in México


UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE
DIRECCIÓN DE EXTENSIÓN

OFICIO
EdicionES

© Lionel Henríquez Barrientos


INDICE

5 / A Manera de Prólogo
9 / 1. Alfa
10 /2. Revelación
11 /3.Reconversión
12 /4. En la antesala del Universo
13 /5. Una pregunta
14 /6.Peregrinantes
15 /7. Venus
16 / 8. El amor
17 /9. Rubén Darío
18 /10. Expeditus habemus
19 /11. América, América
20 /12. ¿Hombre?
21 /13. Drogadicción
22 /14. El averno de un ex gobernante
23 /15. Juicio póstumo.
24 / 16. Tallereando un soneto
25 / 17. Se han cerrado tus ojos
26 / 18. El Final
27 / 19. Renuncia
28 / 20. Tu partida
29 / 21. Más allá
30 / 22. Omega


A MANERA DE PRÓLOGO

Es una costumbre inveterada el intento explicativo del contenido
de todo libro y con mayor propósito en todo texto cuyas páginas
contienen la creatividad poética, En base al firme aprecio que
atesoro para el autor de este poemario, el estudioso e inspirado
poeta chileno, Lionel Henríquez Barrientos, me concretaré a una
breve constancia de su permanente vocación en el ámbito de la
creatividad versificada. Por lo tanto dejo que el lector bondadoso emita su veredicto
imparcial sobre los veintidos sonetos que integran el poemario,
donde advertirá la exigente arquitectura estética de esta cárcel del
pensamiento que en catorce líneas debe sintetizar una idea
completa, enjoyada en dos cuartetos y dos tercetos, que pueden ser
de Arte Menor (de ocho sílabas) o de Arte Mayor (de once a catorce
sílabas preferentemente, aunque el libre derecho de autor permita
aumentar el número, como por ejemplo el hexámetro (17 sílabas) a
la manera de William Shakespeare). El libro en comento, tiene el
metro endecasílabo en prácticamente todas las composiciones, y
precisamente endecasílabo, puesto que su melodía es la preferida
por el común denominador de los bardos en la mayoría de los
idiomas conocidos, excepto en tres textos cuyo metros
corresponden al soneto alejandrino, al sonetillo y al sonetino.
El reconocido catedrático, Henríquez Barrientos. que ejerce
la especialidad de las Matemáticas Superiores de la Universidad
Austral de Chile, es un creador reconocido del verso libre y
modernista, que dejó crédito mayor para las letras latinoamericanas
durante su visita a México y estancia pedagógica en el acreditado
Instituto Tecnológico de Monterrey, del Estado de Nuevo León,
donde editó un volumen titulado "Entre Gritos de Luz", Editorial
Oficio. 2007, además de presentar en los selectos círculos
regiomontanos charlas literarias y conferencias magistrales.
Lo anterior me consta fehacientemente como referéndum
para arribar a la certidumbre de que el Maestro Lionel Barrientos
Henríquez, ha traspasado los linderos del formato poético y me
convence de su entrega loable en el dominio clasicista al incursionar
en la bella estructura sonetista.
Como lo apunto en el primer párrafo introductorio,
corresponde al culto lector emitir su opinión sobre la calidad del
arte académico que fulgura en cada soneto, no sin antes
recomendar la lectura del elogio (página 9) al inmortal
centroamericano Rubén Darío, en cuyo soneto graba con maestría
sintática su trayectoria esplendorosa y, para conocer la habilidad del
alumno en el manejo sonetista, hay que detenerse en la escalinata
(página 16) "Tallereando un Soneto" para admirar la cátedra que
recibe el alumno sobre la arquitectura académica del soneto.
Chile y México son destinatarios del verbo lírico que
distingue al Maestro Lionel Barrientos Henríquez, a quién le auguro
un futuro promisorio como devoto artífice y estudioso oficiante de
la poesía latinoamericana.


Dr. Litt. Manuel S. Leyva Martínez.
Tijuana, Baja California. México.



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1



ALFA

Se apagan las siluetas, se alumbra un sendero
los dados se han lanzado en tierras estelares,
un viaje recomienzas por los nuevos hogares,
jardines de esperanzas tendrás en tu vivero.

Ausencia de recuerdos te harán el jardinero
de códices escritos en templos muy dispares,
amante de las luces de tiempos seculares
tendrás en esos libros un sueño venidero.

Leyendo en tu camino con mente libertaria
verás en sus confines, úteros ancestrales
guardianes de simientes con vida milenaria.

Tus pasos los diriges por cadenas astrales
que forman laberintos de cruces planetarias
¡vivirás nueva vida con ojos terrenales!.


2

REVELACIÓN

Al leer en sus ojos tiemblan manos,
un aroma escondido en su mirada
encandila tu mente afortunada
al vivir ese encuentro tan arcano.

Con promesas silentes muy temprano
adornó sus palabras perfumadas
con incienso de rosas heredadas
en presencia de dioses escribanos.

Con tus puños en alto recriminas
a la diosa fortuna por sus ruedas
arquetípicas poco cristalinas.

Tu mirada se escarcha en las neblinas
de memoria caminas alamedas
dibujadas por vida en tus retinas.

3

RECONVERSIÓN

Esa noche el mirarlo fue un enigma
las estrellas volaron a tus manos
iluminando todos los pantanos
con sus luces en nuevo paradigma.

Transmutaste en ti todo aquel estigma
que estorbaba tus caminos mundanos
con el toque de símbolos arcanos
y que te hizo pensar en el kerigma.

Retornaste a la Ley que te fue esquiva
proyectando tu vida sensitiva
al tener nuevamente fe en Él, Cristo.

Con tus pasos y mirada asertiva
viajarás por un mundo a la deriva
pero siempre tendrás ojo previsto.

4

EN LA ANTESALA DEL UNIVERSO

Meditando la noche de sus pasos
por las vetas del mármol en su espanto
al sentir el perfume de fracasos
sus puños se revuelcan en el llanto.

Sonrisas por recuerdos en ocasos
recorren la mirada de quebranto
que buscó entre gorriones y pegasos
sentir el universo entre su canto...

Son los inconsecuentes sentimientos
que cruzan el reloj de las confianzas
apretando sus dedos soñolientos.

El aura será el pan con esperanzas
engarfiada a la fe de sus alientos
con sus ojos colmados de añoranzas.

5

UNA PREGUNTA VITAL

Se ha inquirido a los hombres estudiosos
a través de la historia y recurrente
con alguna respuesta convincente
y que llegue con pasos sin reposos.

¿Qué es la vida? preguntan los curiosos
a los sabios y al viento complaciente
mientras admiran el cielo durmiente
requiriendo sus luces muy ansiosos.

¡Vida es muerte de estadios de conciencia
en los mundos situados en los sueños
de esperanzas que Dios les confidencia!.

La sentencia es con toda la ascendencia.
Los creyentes se quedan entre ensueños
y los otros sumidos en la ciencia.


6

PEREGRINANTES

Peregrinos caminan con adornos
se remojan con agua de vertientes,
como no organizados penitentes
leen los pentagramas y contornos.

Desde profundas fosas en retornos
vuelven sus cantos sacros referentes.
Ellos miran los astros sugerentes
por las noches y días con entornos.

De rodillas al pie de los maderos
ellos viven sinfin de partituras
con salmodias en cultos muy sinceros.

Sus palabras recorren los luceros
con la culpa de vida entre venturas.
¡Ellos son los pastores venideros!

7

VENUS

Élla con labios en dulce armonía
con cicatriz en candor sus enojos,
presa quedó en tu mortal brujería
cuando le ungiste tu voz en sus ojos.

Se abrió su puerta al licor de ambrosía,
le desterraste las penas y abrojos,
lazo de su alma ciñó la alegría
y él fue oprimido al panal de sus rojos.

Entre sus cuerpos brilló la hermosura
al adornarlos con una azucena
y con sus almas vivió la ternura…

Un talismán en liviana cadena
con tu semblante será una atadura
que a muchos hombres su vida enajena.

8

EL AMOR

El amor convertido en mariposa
recorrió los jardines de tus sueños
en un vuelo de erráticos diseños
mostrando sus colores orgullosa.

Por espinas y pétalos de rosa
astros miran sus alas entresueños
y sonríen sintiéndose sus dueños
dominando su vida generosa.

Transmutada a la vida como un duende
y abrigado de juegos que él incita
es parte de otros mundos con aureolas.

De la lluvia y del viento se defiende
esperando la luz que le permita
renacer su capullo entre amapolas.

9

RUBÉN DARÍO

En la historia por todos a la vista
está escrita la ruta de un talento,
Nicaragua la tierra de su aliento,
fue poeta y cronista francesista.

Campoamor en "Abrojos", su alquimista
con "Azul" inaugura el campamento,
"Modernismo" con buen emplazamiento
son un par de sucesos en revista.

Periodista y también comisionado
fue en Europa y América, gran Vate,
jardinero de su obra, la palabra…

Detractores el genio han reprobado
algún día verán su buen quilate.
¡El Parnaso será su abracadabra!.

10

EXPEDITO "HABEMUS"

Peregrinos navegan sus entornos
con desorganizados penitentes
removiendo la tierra de videntes.
¡Capelos en clausura con adornos!

De hoyos negros, con ecos en retornos
convergen melodías referentes.
Miradas hacia luces remitentes
en dos días y noches de contornos.

Salmodias a relojes pasajeros
recorren oceánicas pinturas.
¡Alabanzas a naves y remeros!

En códices asciende a los luceros
la promesa por vida de venturas.
¡Será pastor con cetro de archiveros!

11

AMÉRICA, AMÉRICA…

Con los jinetes a golpes de sable
sin compasión a dolores ajenos
los invasores saquearon sin frenos
casas y el trono con oro palpable.

Mil latigazos a tierra admirable
sangrando venas, dejando los cienos
y alimentando a sus amos rellenos
oscurecieron la América viable.

Las carroñeras con hambre en los poros
con el gran sueño en quitarles el oro,
por la fe en Dios consumaron codicia.

El continente también hoy en chorros
deja fluir por el aire el tesoro
hacia los mismos, elit de impudicia.

12

¿HOMBRE…?

Es difícil ser cuerdo frente al hombre
que es enigma, mediano y envolvente
quien va y viene reptando cual serpiente
por lograr el poder y ser prohombre.

Con astucia y recursos busca un nombre
cubridor en su muy artera mente
de sus sombras, dejándola coherente
a los sueños de vida con renombre.

En intento locuaz y con mentira
a ignorantes e ingenuos él induce
que de buenas ideas él respira…

Por fortuna aunque muestre mucha ira
y su falsa elocuencia no lo acuse
la cordura al buen hombre siempre inspira.

13

DROGADICCIÓN

Oscuros comerciantes esmirriados
en callejuela como gabinete
le exigen entregar un buen billete
a cambio de su vicio enmascarado.

Se quedará con ojos muy cerrados
de espaldas apretando el ramillete
vestido con su traje de banquete
por hábito a la droga prolongado.

Madera en los costados, soledad,
los ojos hollarán en la humedad
sus pasos no podrán calzar las huellas.

La vida y el sentir sin ansiedad
requieren no matar la realidad
y menos caminar en las estrellas.






14

EL AVERNO DE UN EX-GOBERNANTE.
Crónica de una muerte prevista


Entre umbrales mortuorios, voces diurnas,
fábulas, en sincrónicas escorias
volaron entre cien jaculatorias
y se aunaron a coro de nocturnas.

Ojos palidecieron frente a la urna,
sombras iluminaron las memorias
de inviernos compartidos en historias.
¡Hoy su abyecto dinero lo embadurna!

Viajará sin retorno aunque resista
el odio a juzgadores en repisas
enclavadas en polvo prisionero.

Los ecos de conjuro progresista
harán vivir su llanto en las cornisas
de la cripta en que yace este rastrero.


15

JUICIO PÓSTUMO

Cruces y memoriales convergentes
rescatan una historia de insolencia
escrita con palabras de imprudencia
en tributo a un poder irreverente:

"En nombre de mi padre inconsecuente
con el seso convoco tu presencia
a cercenar los huesos con violencia
para entregar poder a incompetentes".

A Marte entronizaste sempiterno
con gritos de guerrero no vidente,
maldijiste a tu muerte en el averno.

El fuego en tu memoria ya es eterno
y aunque tengas mil vidas, ¡penitente!
volverás a viajar por el infierno.

16

TALLEREANDO UN SONETO

Soneto a ti encargué, novel poeta
muy difícil tarea fue este reto
si no fueras poeta de respeto
al guiar toda palabra cual saeta.

En la noche tu primera cuarteta
con el sol la segunda y un terceto
verificas las rimas del boceto
sin tachar lo ya escrito en tu libreta.

Son catorce los versos del poema
bajo apriete de sílabas en once
y con ritmo de acentos en montaje.

Tu intelecto será prueba suprema
de tener un escrito para el bronce.
¡Con astucia tendrás aprendizaje!.

17

SE HAN CERRADO TUS OJOS

Has abierto los ojos de tu mente
y comienzas un viaje muy sucinto,
hay espejos que adornan el recinto
que será el fin de tu cuerpo inmanente.

Con mirada del niño en ti presente
por visiones vagas en laberinto
recorriendo pasillos sin tu instinto
que aunque quieras está lejos y ausente.

Indeciso se torna tu deseo
por volver a tu medio desde alturas,
ya que miras los hombres en sus "creo".

Naces, mueres, tu vida es un paseo
por la tierra sin sol, las ataduras.
y al misterio, sin algún perigeo.

18

EL FINAL

Serpientes en tu cuello
el veneno lastima,
profanan el buen clima
y ciegan su destello.

Aplacas el resuello
en viaje por la cima
elevas tu autoestima
has roto su mal sello.

Contemplas tu destino
ante el sol mortecino
con el rostro sonriente.

No tendrás desatino
a la hora de tu sino,
¡en trance coherente!.

19

RENUNCIA
En memoria al amigo Waldemar Castell. SS. JJ.

Miraste el cielo
con ojos fríos,
surcaste ríos
con un gran velo.

Palpaste el hielo
con desvaríos
y en desafíos
a los capelos.

No era tu sino
menos camino
con artimañas.

Fue un remolino
de amor genuino
en tus entrañas.

20

TU PARTIDA

Los relojes anuncian sin desvelo
tu partida a otras tierras sin horario
donde sombras alumbran calendarios
y los pasos no tienen un consuelo.

Sinfonías de esferas azul cielo
en tu cuerpo tendrán un escenario
adornado con húmedos herbarios
al entrar en tu carne sin recelo.

Son las huellas dejadas como albricias
en camino de luz que a ti se adhieren
al llegar a una vida más propicia.

¿Habrá piel que reciba tus caricias
y miradas sonrientes que te esperen?
¡Sólo tierra en la puerta vitalicia!.

21

MÁS ALLÁ

El maná en que posabas tus pestañas
se ha escondido en el tiempo de algún mito
hoy te alumbra un reloj que está marchito
por mover los punteros con sus mañas.

Las persianas verán luces extrañas
obtendrás tu verdad del sol bendito
si descubres cortinas en un rito
elevando plegarias ermitañas.

Todo un día andarás iluminado
el camino tendrá un gran laberinto
que tus ojos verán difuminado…

Llegarás en un tiempo no pensado
los mil huesos irán a un gran recinto
¡por tus poros serás encandilado!.

22

OMEGA

Las manos frías juntan sentimientos
en voces alumbradas por un sino,
locura del misterio es el destino
haciendo revivir los pensamientos.

Silente y con tus ojos a los vientos
que mueven a un cometa peregrino,
recorres los pasillos del camino
en busca de respuesta a nacimientos.

Andrómeda se inclina ante la suerte
signada con el sello de tu verbo
a Dios en el altar de un contrafuerte.

Con Sirio reflejando el aguafuerte
el Cosmos colmará de luz tu acervo:
¡Nacer es el silencio de la muerte!

Wednesday, October 25, 2006




6. ELTREN DE LAS DISTANCIAS...
Copyright 2005 Patricia Lara / Lionel Henríquez
Agosto de 2005

Edita Visceralia Ediciones
6817424
Huérfanos 3044
Santiago
http://www.viscerlia.cl/

Registro de Propiedad Intelectual Nº 149.674
ISBN: 956-299-831-2
Diseño de cubierta y fotografías: Gabriela Núñez
Impreso en Chile / Printed in Chile
Derechos Reservados

Sobre la distancia

De la extraña relación que poseen el tiempo
y la velocidad es posible calcular la exacta distancia
entre dos cuerpos: D T x V.

¿Cuánto espacio habrá entre todo lo que se
quedó congelado miles de centésimas de segundos
atrás y.. este día?, ¿cómo hacer el recorrido?

“Mis manos languidecen/y serán piernas que
se refugien /en el claustro de los sueños”, dice
Lionel Henríquez en su poesía Desgano, como
dando a entender el sopor en que el tiempo deposita
las cosas y la incertidumbre de esperas que ya
dejaron de enturbiar la visión, pero que es necesario
exorcizar.

“Ay, hijo, es el tren de as distancias...” susurra
Patricia Lara en Esta calma de aromos...,
dejando que en una interjección se escapen las
intenciones del presente volumen y su nombre
sugerente.

Hay que salir detrás de todos los que se
quedaron en la estación, saltar de vagón en vagón

5

preguntando por los seres, por los cuerpo que otra
locomotora exhibe en sus pasillos, resucitar palabras
enterradas: la luz a final del túnel debe ser capaz
de indicar que no importan e tiempo, ni la velocidad
cuando se trata de recorrer las distancias insondables
de la la vida
.
Este rescate último, con maletas hechas de
Palabras, quiere encontrar a ese lector único, viajero
de cualquier otro tren, que sea capaz de subirse a
éste y contemplar les universos para que se
presentan.

Suena el silbato… es tiempo de abordar.


Luisa Ballentine
Santiago, 16 de septiembre de2005
El tren de las distancias…

ÍNDICE
Prólogo 5

Patricia Lara 7

Madre, es la tarde... 9
Distancia en el tiempo 12
Esta calma de aromos... 14
En un tren fantasma 17
Monólogo post mortem 20
Magazine 22
Leyendo a Rimbaud 24
Nada ha cambiado 26
Marasmo de otros manantiales 28
Sin cerrojos 30
Imaginario 32
Acerca de unos vientos 35
Madre, no puedo, es la agonía 38
De escarchas y distancias 40
Sentencia de las uvas 42

Lionel Henríquez 45

Ese día 47
El juicio nocturno 50
Tu respuesta 52
Arquetipo 53
Desde una ventana 57
Agonía 59
Por donde camina el alma 61
Nocturno alienante 63
NOCTURNO: Vida Pasión y Muerte… 65
Alegoría nocturna 67
En el sueño no recordé mi insomnio 79
Por la conquista de tierras heladas 81
En tu renacimiento 84
Crecimiento 86
Vida sin muerte 87
¡Renuncia a los antiguos moldes! 89
En la antesala del universo 91
Desgano 92
Todo de nuevo 93
Cerebro sonriente 94

6
Patricia Lara

Patricia Lara Arriagada, nacida en la ciudad
de San Fernando hace 47 años, lugar que la colma
de esa infancia dulce,al lado de una madre que hoy
está sólo en sus versos.
La vida se le presenta con” ternuras de la mano
de todos los hijos que lleva en el alma, los de su
sangre Daniel, Pablo y Gabriela y los que la miran
desde las aulas. Profesora de Educación General
Básica por vocación, se desempeña en distintos
lugares aprendiendo de los niños el amor dulce que
la colma. Actualmente reside en1aciudad de Valdivia,
donde labora en el Instituto Salesiano de esa ciudad
Escribe desde la infancia, desarrollando ya
el amor por las letras con fuerza desde el año 2003.
Su poesía se encuentra en las antologías “Sin
Tinta ni Papel” (Chile), “Nueva Poesía
Hispanoamericana” (Penú) y en el libro “Entre dos
Manos” publicado en Monterrey, México junto al
poeta Lionel Henriquez.



El tren de las distancias


Este tren de las distancias nombra a mis hijos, a mi madre, a
ese loco que fue mi padre,. A un gran amor de juventud, a todos
los que son desde algun rincón parte de esa vida mía, que
atesora rabias, rabietas, amores y ese tema mío que se dice
poesía.
Patricia

Patricia Lara


Madre, es la tarde...

Soñé, madre,
que tu hija
tenía un amante
bajo la lluvia
en arpegio de violines
él y ella caminantes...

Otro día soñé
lo mismo, madre,
asfalto mojado
en exilio errantes
caminan los poetas
las manos en alto
la sangre palpitante...

Son sueños,
señora sempiterna,
su hija escribe descalza,
arranca de la vida
que lastima,



9
El tren de las distancias

la voz le arde...

Sabes, Madre,
es el fuego de las horas
que anuncia mi llamada
la distancia
en brocales diminutos,
es el sol
a mis espaldas
que se hace
herida lacerante...

Madre,
ay, Madrecita mía,
si yo te contara
los sueños de mis versos,
la ausencia de mi padre...
la luz que nace
de estas manos
y este clavel tan rojo
tan sutil
tan tristemente lejano
tan manso



10
Patricia Lara

y a veces tan distante...

No es nada, Madre,
la belleza que se rompe
en jarrones escarlata...

Puede que sea la lluvia
el otoño que nace
para siempre
en esta tarde...

Ay, Madre,
Madrecita mía,
por qué la vida
con sus noches
en la fragua
en las horas mortecinas
se me estrellan
se disparan...

Por qué, Madre, la vida?


11
El tren de las distancias

Distancia en el tiempo
(A Víctor Gómez Reyes)

Yo te escribía versos
hace tanto,
tanto tiempo,
en viaje de sueños
y lejanas ilusiones...

Hereje
con zapatos de cartón
pasaste caminante,
con sonora voz
por equipaje...

Recupero cada tarde
tus mañanas
tus pasos
en naufragio
tus manos distantes,
en la alameda aquella
en la de los besos...

12


Patricia Lara

Tú nombrabas
mis noches
mis ausencias
en farolas apagadas
en penumbras
de mariposas sin alas
de nuestro andar
de jóvenes solitarios
en el bosque...

Desde qué lejanas
tierras se me asoma
tu recuerdo...
Desde qué luciérnagas
se apagó
tan triste el eco...

La queja de los pájaros
el lloro de los árboles
me traen tu nombre.
Es otoño, amor,
hace veinte siglos
desde entonces...

13

El tren de las distancias


Esta calma de aromos...
(A Daniel)

Ay, hijo,
qué extraña está la calma.

Los aromos encendidos
lo anunciaron, lo dijeron.
El silencio matutino
lo escribía en el viento
mordiendo eterno mi cara.

Ay, hijo,
es la ausencia
es la partida de una noche
negra, silente...

Qué miserable es el destierro, hijo...

Déjame, amor, tus pasos,
estréllame en tu ventana
que se rompa el silencio...

14
Patricia Lara

Ay, hijo, es el tren de las distancias...

La calle llora en mi alma
y el eco de tus besos
reclama las no madrugadas...

Ay, hijo,
qué extraña y fría es la mañana...

Septiembre 17
allí se rompe mi alma
será un saludo salobre...

Adornaré la distancia
con campanas al viento
y en tus manos guirnaldas...

Ay, hijo,
déjame este llanto
en cada mañana
en el asfalto,
en los tejados
en los árboles



15
El tren de las distancias

y en tus brazos
para siempre
como hoy, en esta mañana...



16

Patricia Lara

En un tren fantasma
(A un ferroviario)

Esta herencia de rumbos ambiguos,
de amores sin casta
me regala tu sonrisa, padre,
hogares distantes, hijos, lágrimas,
partos y recuerdos
de las horas eternamente amargas.

Que fue mi destino
la locura y la nada,
vete al mismo infierno,
es tu testamento centenario
desatado que aplasta.

Ven, te desafío,
esta noche te espero,
con las manos tibias
recogeré la escarcha,
te daré un sorbo de vino,
fantasma milenario,




17
El tren de las distancias

ven a decirme lo que pasa...

Moreno y amargo
mira lo que has hecho,
sólo una sonrisa
y encanto al pobre
a los niños, al viento
a las nubes, al áspid
y me embarco con ellos
en un tren eterno
como tú, orate sin destino.

Qué haré contigo,
idiota ferroviario,
sin rumbo, sin norte, sin palabras...
me dejaste la locura,
un navío embrujado para vivir
todo aquello que siempre te faltaba...

Tramposo,
encantador de serpientes,
déjame tu abrigo
tus pies alados



18
Patricia Lara

y la noche en que te fuiste...

Tengo frío
es noche de fantasmas.




19

El tren de las distancias

Monólogo post mortem

Venceré la distancia
le ganaré a este cansancio,
alados los pies
recobraré las mañanas
serán mías las madrugadas.

Subirá el incienso
desde mi tierra salobre
hasta las cavernas
que hallará en medio
de las noches...

El crepitar de este fuego
que no se me pasa
fundirá mis secretos
alzando desde el abismo
la flama que anuncie esperanzas...

Extendidas las manos
en palmas agradecidas
recogeré la lluvia, la misma


20
Patricia Lara

que lava mi cara
y refresca de vez en cuando mi alma...

Doblegaré a este tiempo de ausencias
germinaré bajo la tierra
para saltar a los brazos de la vida que me
[invita
que me llama y que de tanto en tanto
me guiña y me dice que me espera.


21


El tren de las distancias

Magazine

Todo duerme
mientras bebo fugaz
la copa de la alianza

(Vestido de fiesta y lentejuelas)

Miro el fuego,
la llama me ensordece
despliego la danza
en sutil baile de máscaras...

y me invento una paloma
un colibrí con muerte de pájaros...

Me quedo en el abismo
con ojos bien abiertos
para despedir la noche
el crudo invierno
de leños contagiosos
que jugaron a ser lámparas



22
Patricia Lara

(Era el tiempo del ocaso)

Mañana será otro día
volveré por las calles
a deambular como Mary Poppins
con mi traje de fantasmas...

(Recogeremos espigas)

La llama arderá en mis manos
las espinas con alas de moscas
clavarán para siempre mi pasado.

(Girasoles bordearán el camino)

Mientras una lágrima me guiña
miraré los fuegos como siempre,
desde el borde de la fuente
en la copa tinta
con nombre de solitario empedernido...

(Atardecer de nuevo,
la espada eternamente de doble filo)




23
El tren de las distancias

Leyendo a Rimbaud

Quiero fallecer
en noche clara
en bosques de bambúes
en el todo y la nada.

Ni amores, ni palabras...

Ebria de las voces de Rimbaud
no me importa el cielo
sólo la noche
en firmamento absoluto,
en ausencia de flores
de gastadas primaveras
negadas a los cuatro puntos cardinales.

Ni promesas, ni amores...

Es la aurora de mi tiempo
me niego rotundamente
las lágrimas de otros siglos.
No más el abismo,




24
Patricia Lara

estoy al otro lado,
descalza entre el cielo y el infierno.

Ni florecillas, ni sonrisa falsa...

Ya nada volverá a tocarme,
guarda tu espada, tristeza,
deja ya de mirarme ciegamente
no viajo por tus pasillos,
iré por donde quiera
con traje de ultratumbas
con voces lejanas.

Ni augurios, ni promesas...

Guarda tu maldita presencia
ya nada podrá alcanzarme
he muerto en esta noche
con la letra en la garganta
grandiosa, delirante...

Sin amores, sin promesas
mi amante es la palabra...




25
El tren de las distancias

Nada ha cambiado

La casa quedó intacta allá en el recuerdo.
El gato de la infancia te sigue esperando.
Las muñecas toman sol en el mismo patio.
Tu padre no ha muerto, sólo cambió de
[tren
no habrá regresos.
Tu madre teje contigo los mismos sueños.
No es cierto que ha pasado tanto tiempo.
Las uvas maduran como siempre,
los gorriones gritan eternos, a toda hora,
sólo algarabía, no hay silencios.
La calle de adoquines recibe la misma
[lluvia
ésa de los juegos y las risas.
Nadie se ha casado, son los mismos niños

Nada se ha incendiado,
las casas de adobe siguen de pie junto al
[viento.


26


Patricia Lara

Las madres siguen cosiendo en el patio,
todos los niños gritan detrás de un
[caballo.
Nadie se ha muerto,
nadie rompió los vestidos viejos.

Nadie se ha muerto, el tiempo no ha
[pasado.



27
El tren de las distancias

Marasmo de otros manantiales
(A Erasmo)

Ahora que tú y yo no somos nada
después del naufragio en la distancia
te miro con ternura, sin rencores,
sólo quiero la firmeza de tu barca.

Ahora que tú y yo no somos nada
en la hora que se duerme el canto de otros
[ecos
camino en solitario, tú lo sabes
desde antes, para siempre...
con el canto de los grillos en las manos, en
[los pasos,
en esta ausencia que no calla.

Ahora que pasó la lluvia que me nombra
ahora que soy dueña de estas alas
se me ha hecho crónica cierta tristeza
que empapela milenaria los recuerdos
y no sé porqué causa siento la cara
28

Patricia Lara

[mojada...

Ahora que todo el tiempo se levanta
te miro silenciosa en este abismo
incendiando las noches que me faltan.

Ahora que camino y alzo el vuelo
cuando ya tus manos no me atrapan
te miro, niño díscolo, en cada madrugada
y siento la fatiga de esta historia
ahora, cuando tú y yo no somos nada.

Para qué explicarlo, tú no sabes, no lo
[entiendes,
es el cauce de mis aguas...


29


El tren de las distancias

Sin cerrojos

Romperé todos los espejos
de mañana, casi al alba
disueltos en el agua...
en hojas amarillas,
mis pies desandarán los siglos
cargados de mentiras
de botas y amapolas desgastadas.

Romperé tus ojos frente a mi cara
gritaré la lluvia torrencial
maldita de esperanzas,
desganchado noviembre
en la aurora del tiempo que no vino
en los árboles mustios
a la orilla del cauce río arriba, lejos.

Arrancaré tus manos
cercenadas a la altura del abismo
recogeré tus gritos,
adornaré tu sueño casi limpio
con demonios y fantasmas

30

Patricia Lara

de un ayer misterioso
atrapado en la seda de un gusano
que escapa de tu boca, de mi cielo, en
[silencio...

Arrancaré la leyenda del calendario
dejaré los números en treinta y uno
será la nube con alas de palomas negras...

Sentada en la ventana secular
callaré el hongo atómico de los tiempos,
de las horas asesinas,
de este cielo en versos que no cesa
de gritar que todo es sepia...



31
El tren de las distancias

Imaginario

Mi ángel
se hizo fantasma
clavado en la pared.

Mi voz maldita
en el eco de un no sé
ya nunca regresó.

La incierta madrugada
se hizo eterna sin estrellas,
tanta soledad.

Mi querube
colgado en el olvido
roto el traje,
en algún recodo
en la memoria
se extravió.

El demonio
al borde del abismo


32
Patricia Lara

inventado allá en la nada
se instala, se queda
a veces deshoja margaritas...

El silencio salobre
se desborda
se enreda allá en la cruz.

Espectral tiniebla
se levanta en la distancia
donde yace
el memorial.

Místico envoltorio
se eleva en la penumbra,
adivino el pasado
que se fue tan lejos
milenario, sin tiempos.

En el gólgota, allí te espero.
En el árbol, de rodillas...
33
El tren de las distancias
Mesiánica promesa
de un ángel muerto.


34
Patricia Lara

Acerca de unos vientos

Quién, me pregunto
llegará primero a mi ventana
con paso tenue, sigiloso;
la muerte o la poesía,
si muero un poco
como el cisne cada día.

La mañana junto al fuego
de las letras se empecina en levantarme
danza roja que emborracha
mis manos, mis distancias
y toda esta tristeza que no pasa.

Quién, me pregunto
llegará primero hasta mi puerta
con paso arrogante, firme;
la locura o la tristeza
si nunca duermo
como el viento en cada geografía.

La noche llama al universo




35
El tren de las distancias

en este mundo que se nombra poesía.
Nada me detiene,
ni tus besos, ni tus anclas
ni aun los coros de los niños...

Viajo hacia el destino
de estas letras silenciosas
que saben a naranjas en letanía,
hojarascas inmemoriales
de otras vidas, de unos sueños
en la infancia.

Quién, me pregunto,
atrapará primero mi vida y mis palabras.

Sólo el viento de la noche
en cada madrugada,
hermanos de la luz y de las sombras
que me aguardan.

Sólo el viento gitano que pasa.
Es el único que entiende esta lectura sin


36
Patricia Lara

[asombros;
como Elías en la altura de las rocas.








37
El tren de las distancias

Madre, no puedo, es la agonía

No cerraré la herida
que sangre,
así ha de ser en la despedida.

La llovizna sabe a silencio
a pasos descalzos
al lado oscuro del abismo.

No cerraré la herida
que duela,
que me diga que así se va la vida.

La luna trae el olvido
de las estrellas
ésas que escaparon entre mis manos.

No cerraré la herida
que corra como agua clara
vertiente desfallecida.

El espacio tiene el recuerdo




38
Patricia Lara

de quien yace en una tumba
sin estrellas y sin lunas.

No cerraré la herida
sólo los ojos, para no verte
en la partida.

La tarde trae los ecos
que se quedaron
entre tu beso y mi despedida.

No cerraré la herida
que muera como la vida.

No cerraré la herida...




39
El tren de las distancias

De escarchas y distancias
(A Pablo)

Bébete la escarcha
siéntela en la lengua
que te parta la cara
que reviente tus ojos.

No mires el sol
cúbrete de silencios
con acordes de guitarra
llama al viento que yace en tu puerta.

Cada mañana búscame
detrás de la tormenta,
grita para que te escuche
llora tu pena y lánzame tus quejas.

Corre con pies descalzos
quítate ese traje
desnuda tu alma y en llamas
danza...





40
Patricia Lara

La llovizna que avance,
déjala salir, que no amaine.
Es ahora tu tiempo,
desde allí, amor entrañable, levántate...

Desde la distancia embravecida
lameré tu costado
lavaré tu rostro enfurecido
en danza de ausencias
gritaré cada día la lluvia
la mañana de nunca más un beso...

Levántate, grita,
doblégate a las lágrimas,
déjala a tus pies
al borde del camino
que la escarcha toda se derrita...





41
El tren de las distancias

Sentencia de las uvas
(A un pasajero)

Las uvas eran mi tiempo
en atardeceres magnéticos
de palabras sin el verbo.

La lluvia es mi presencia
No la tomes sin mi consentimiento.

La hoja tiembla en tu boca
cuando gritan las voces
que son mías, que no alcanzas.

Tiembla la tierra en tu silencio
en la hora triste y lejana.

Jardines colgantes en tus dedos
amenazan con el verso,
con la risa y con el llanto
que se quiebra en este instante...




42
Patricia Lara

No pretendas con tu eco
arrastrarme en el silencio...

Remolinos de hojas secas
en mis pies descalzos
levantan la mirada hacia otra tierra
ésa que te cubre agorera,
milenaria entre tus piedras.

No pretendas con la lluvia
arrastrarme hasta lo excelso...

Descansa esta agonía.
Déjame que la diga
a la hora de la fruta
de esta noche que me cubre
y silente serpentea.

No pretendas...



43
Lionel Henríquez

Lionel Henríquez Barrientos, nacido en
Santiago de Chile en el año 1946. Desde 1974 se
desarrolla profesionalmente como académico en la
Universidad Austral de Chile, en Valdivia.
Ciudad de ríos, lluvia, árboles, flores y
construcciones típicas en madera que se añejan en
el tiempo, lo invita, en el año 1990, por su singular
urbanismo y entorno natural, a entrar en la poesía –
esa que desde niño dormía en su mundo-, como una
forma de expresar la belleza que adorna su
maravillosa atmósfera y entorno.
Sería sólo un primer paso, ya que también
su universo esencial irrumpe en los textos, como
una urgencia interior, aquietando su alma, su
espíritu. Desde ese comienzo, su obra ya está en
cuatro libros inéditos y en las antologías “Sin Tinta
ni Papel (Chile), “Nueva Poesía Hispanoamericana”
(Perú) y en el libro “Entre dos manos” publicado en
Monterrey, México junto a la poetisa patricia Lara.


El tren de las distancias


Este tren de las distancias, es ese tren nocturno que lleva como
pasajeras a las visiones que responden a estados de ánimo, a
sentimientos… Todas ellas, transformadas en imágenes, me
hacen vivir el día a día de una manera especia y singular.
Lionel

El tren de las distancias


Ese día

El día que muera, no será un espejismo,
viajaré por el cauce de un río
con sombras de alerces en sus orillas,
el pecho quieto escuchando lágrimas de
[choroyes.

Mi cuerpo por los senderos de naves
[fluviales
atravesará conversaciones de robles y
[araucarias
comentándoles la permeabilidad del
[tiempo sumido
entre miles de senderos paralelos, cuyos
[ojos han visto
como crece y decrece su follaje al vaivén
[de la luz.

Ese viaje será largo, muy largo, como la
[mirada tuya.
Aletargado en el lecho, seguiré huellas
[descalzas


47
Lionel Henríquez

navegaré con el elixir perfumado de tu
[energía.

Entre lágrimas forasteras y sonrisas
[abrigadoras
llegaré por los sueños hasta el foso de la
[oscuridad
despertando dioses a las puertas de
[mítica catedral.

Con el calor de tus manos traspasaré
[vidas pasajeras
me sumiré en las siluetas que han
[dibujado los hombres
entre los pasillos pavimentados de
[espejos temporales,
para vivir creciendo al compás del reloj
[del silencio…

Si alguna vez se encuentran nuestros
[universos
veré a través de las paredes como miras
[el reflejo

48
Lionel Henríquez

del sosiego de los peregrinos en el fondo
[de tu copa
en que has escanciado tu vida
[reinventando calendarios.

No será la ilusión óptica de un éxtasis
[místico
ni el delirio de ver con ojos prestados por
[tu futuro,
será la respuesta de la promesa de
[encontrarnos ese día.


49

El tren de las distancias

El juicio nocturno

La noche encrespó sus cejas.
La noche afiló sus pestañas.
La noche onduló sus cabellos.

Su cita era en el encuentro
de la luna y las montañas
entre espadas de luz
y lluvia de nubes.

Su cita era con los dioses
que han abierto los ojos de los sin
[nombre
entre las implosiones de los no videntes.

Y entre las mesas de las montañas
bebiendo las oscuridades
sentenciaron a los nigromantes
de blancas capuchas
a vivir en el recinto del poeta
y a sus duendes de manto negro
a cantar con las bocas de los músicos.



50
Lionel Henríquez

Y la noche haciendo parpadear su piel
y abrazando a los dioses
recitó el cúmplase
al pintor de las claridades.

Y la noche se alienó
en los brazos del unicornio
que la alzó frente a sus ojos.



51
El tren de las distancias

Tu respuesta

Entrarás por el ojo de mar
saldrás por algún rincón del Universo
a la sombra de alguna galaxia,
para someterte a una muerte
para relajarte en otro nacimiento,
bebiendo en la copa de tus ancestros.
Sólo ahí recordarás tu oficio.

Ocuparás el vacío de los rayos
de esa rueda que por la Vía Láctea gira
y escribirás entre las estrellas
en esos pozos
tus cantatas, tus sinfonías,
tu réquiem.

Y volverás a sentarte en tu jardín
para mirar como crecen las rosas.




52
Lionel Henríquez

Arquetipo

I. AYER
Anoche, que fue el hoy,
anoche, que fue el mañana,
anoche, que fue el ayer
entró en mi casa
la casa de un mago.
Y caí a las nubes
de las manos de mis dedos.
Y volé con tirantes de hilo
por el pulmón de la Tierra
con el ritmo de su respiración.
Y me vi solo, por calles de ciegos,
con mirada de paloma posada
entre escaños y piernas de niños
lanzado a través de la tinta de fuego
en las líneas de mis manos,
improvisando respuestas
con palabras de artista en escena.




53
El tren de las distancias

II. HOY

Hoy, que fue el anoche,
mañana, que fue el anoche,
ayer, que fue el anoche
recordé la casa del mago
y vi a los ciegos
buscando a tientas
por las calles desiertas
una tienda abierta,
un almacén de lazarillos
para apropiarse de uno
y sea, con sus ojos,
el mago escondido
en el sótano de su casa.

III. MAÑANA

Mañana, que fue el ayer,
mañana, que fue el hoy,
mañana, que fue el mañana
me sumergí en el corazón de la Tierra
impulsado por el viento de sus pulmones



54
Lionel Henríquez

y recorrí sus venas y arterias.
Me vi en el sótano
sentado en el living
mirando las estrellas
desde el centro del patio.
Y escuché con impertinencia
y miré como espía sin cartón
sus improvisadas miradas
comentando de la mano de la Tierra
la travesía por el Cosmos
hacia un principio que recuerda algún
final.

IV. Y PASADO EL MAÑANA

Y la Tierra, célula del Universo inquieto,
se reflejó en mi espejo enmarcado
con las vetas de mi cráneo silencioso.
Y mis ojos perdidos
por las luces de azuzadores soles
se encontraron con mis labios sonrientes
en el núcleo de mi cráneo
cráneo corazón de la Tierra


55
El tren de las distancias

en la que escribe con tinta de fuego
el mago, que sólo vive
cuando nace el Hombre.




56
Lionel Henríquez

Desde una ventana

Desde las puertas del horizonte
bebiste en sosiego la savia de la
[oscuridad.
Y el ánfora ocupada por tus cenizas
recibió el calor de la resina
diluida por mis manos.

El sudor del cielo subió por arterias
transportando tus enhebrados dolores
desde el corazón de la Tierra.

Latieron mis sienes migratorias
al resbalar las empantanadas angustias
por la límbica garganta del ánfora.
Y al embeberme en los sueños
de los falsos agoreros,
en mis palmas
lloró el cántaro mortuorio.

Caminando en vaivén con pies desnudos
entre mis retinas, la Matriz y las Esferas,




57
El tren de las distancias

las cenizas de los Augures
alimentaron mis visiones,
reordenando tu vacío
en la fogata del Firmamento.

58
Lionel Henríquez

Agonía

Peldaño a peldaño
he bajado hasta el umbral
de la oscuridad.
Estático frente a oscuros,
estrechos callejones.

Peldaño a peldaño
he subido hasta la cresta
de la claridad.
Inmóvil mi cuerpo,
de cara a elocuentes nichos de luz.

Viajeros pasan y pasan.
Sus rostros de miradas perdidas
no miran mis ojos trasiegos.

Es sólo un chasquido
que se confunde en la vida
del trashumante Universo.

¿Para qué mirar




59
El tren de las distancias

si mis manos agarrotadas
retuercen los hilos
de la manta
que abriga mi sudor?

Lionel Henríquez

Por donde camina el alma

Amanece en tus ojos tristes,
el sol hilvana una sonrisa,
con ella viajas hasta los umbrales
de los desiertos y ventisqueros
empotrados en tu pecho,
escarbas en la arena, en el hielo
buscando una entrada a la gruta,
guardiana del pan diario.

La luz ilumina el libro escrito
en el cerebro ancestral,
con caracteres de plata
hurtados a la luna,
caminas por sus páginas
trasuntando tormentas
desde la atmósfera mística
hasta la caótica vigilia.
¡Cientos de relojes mueven tus ojos!

El tiempo aletarga tus rodillas
la piel se entumece,




61
El tren de las distancias

los dedos en su loco afán
encuentran la palabra indicada,
con ella se abren las compuertas
antes que los sueños inconclusos
agrieten el ruido gutural de éstos...

Con mirada certera en los dioses,
regresas con una flor en tus manos,
de nuevo los videntes te han regalado
milagros entre las paredes de su templo,
para que vivas las noches y días de tu
[sino.


62
Lionel Henríquez

Nocturno alienante

Escuché en mis sueños
atemorizante mensaje:

“Dicen que vengo del infierno,
la verdad es que nunca he salido de él.
Dicen que arropo a gente buena
con manto de escarabajos,
la verdad, sólo los ayudo
con un poco de temor,
necesario para angustiar.

Me asomo al espejo
y el reflejo muestra lava
sonriéndole a tus piernas.
Penetro el sinfín de tu mirada
y ahí están los caminos perdidos
haciendo espirales hacia las carnes
susurrando con orejas de murciélagos...”

Qué me importa si es sueño o realidad,
seré impermeable a lluvias ácidas



63
El tren de las distancias

que irrumpen, de nubes tóxicas
noctámbulas, en tormentas
por mis tierras ignotas.

Viviré el eterno pestañeo
del sol que eclipsa, nubes, noches
retazos del averno, secular, milenario,
abrazado a tus manos de silente entrega.




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Lionel Henríquez

NOCTURNO: Vida Pasión y Muerte del
Universo

El Sol impulsivamente
con la Luna de abanico
desorbitó las estrellas
iluminando la boca del universo
que indiferente bostezó
al despertar de su letargo.

La Noche, muda,
temió a estrellas y cometas,
convulsionó sus brazos,
su pasión se desbocó
por los pliegues del Universo.

La noche se escondió
entre los escombros de su pasión
esperando que el Universo
triturara entre sus dientes
Sol, estrellas y cometas
para digerirlos en
nuevo letargo.


65
El tren de las distancias

La Noche canalizando su pasión
en caricias de amor
involucionó al infinito
iluminando de oscuridad el Universo.

Y la Noche, muda...
volverá a temer a estrellas y cometas.



66
Lionel Henríquez

Alegoría nocturna

Bajo estrellas llameantes
en impensado encuentro
por casualidad prevista,
el oso sobre aristas de olas
el delfín delante palmeras,
con juego de garras y aletas,
merendaron timbres y gruñidos.

Lamieron experiencias,
en acuerdo azaroso
buscaron viajar las nubes
a través de sueños y vigilias
sobre cantos oscuros,
para encontrar la Osa Mayor.

En casa de espíritu poniente,
saltando y comiendo olas
en tiempo finito,
hallaron la Insigne Osa,
guardada por doncella eficaz,
en espuelas brincaba




67
El tren de las distancias

tras golpes de leños.

A gritos y susurros
caminando la Osa llegó,
entre nubes y vapores
intentando enterarse
lo celosamente guardado,
tras profundas fauces
bajo espinosas aletas.

El oso en mesa cuadrada
posó cual vidrio en clavo
el capullo tejido en imagen,
de los sumos pontífices moro,
judío y cristiano,
juntos en silla de felpa
de la mano al futuro miraban.

El delfín al tiempo,
tras espejo redondo,
sin ausencia observada,
a la Sabia con miel deletreaba
a la guardiana plasmaría entre sillones,



68
Lionel Henríquez

lo nadado por el oso.

Oso y delfín en unión
al verbo de la iglesia,
la máquina y la naturaleza,
en nuboso reflejo de cirios,
usando el filo de la huincha
entre mesas y escritorios,
a la Mayor lamerían.

La purísima saltando
entre puertas y ventanas,
al peluche, al lampiño
ofrecía sus pies y manos,
para juntos bordar
la alfombra acolchada,
de la insigne patrona.

La Célibe Galaxia caminando
entre nubes y cojines,
en promesa de ojos y labios
entre flores y alfajores,
a los visitantes mamíferos




69
El tren de las distancias

tras espejo y en vestíbulo,
su doncella le otorgó.

II

Oso y delfín ya uno,
despertaron a los sopores milenarios;
entre vapores, en comunión a su niño
vieron su rostro sin cara,
con voces sin palabras
ante muro transparente
nuevo coloquio tuvieron.

Sin prisa y paso lento,
fueron árbol, planta, semilla
y ofrecieron sus hojas y ramas,
también su nuez,
sin impurezas ni cáscara
de cosecha estelar,
juntos volaron.

Ella se posó como nube



70

en sus troncos y hojas
y bebiendo sus castañas
les dijo mil veces,
suyas, muchas semillas
la de ellos, que ya eran uno,
sería otra entre las demás.

A la Osa relataron,
sus veredas de hielo y ripio,
sus comidas de poca miel,
como fortalecieron
sus cuerpos, sus espíritus
para entregar sus ramas
y posar sus leños.

Caminaron con la Hermética,
mientras comía sin cáscara
les entregaba sin palabras,
su niño, su doncella, sus manos.
Al tiempo sin orejas escucharon
que nogales y abetos se encumbrarían
por espacios siderales
teniendo Galaxias por cimas.



71
El tren de las distancias

Grandes han bailado
mi inmácula doncella,
otros han paseado mi niño,
pocas danzas de rondas.
Todos quieren la fruta
pulida y jugosa
entre mesas y sillas,

si quieren la cresta de mi sol,
junten todas las manadas,
cojan y esparzan sus piñones
en bosques, desiertos y jardines
y aunque laman estiércol,
mi Sombra y Luz
cubrirán sus confesiones.

Los enfrentó en sueños volátiles
a las veredas y nubes del tiempo,
montando dragones indóciles,
vieron hombres y ancianos,
unos tejiendo retamas,
otros pintando bóvedas celestes.



72
Lionel Henríquez

Volvieron en obedientes pegasos.

Viajaron con Ella y sirvientes
de las manos sin dedos,
en naves de luces y colores,
por veredas de rieles y clavos,
sembrando sus moscadas
por espacios siderales,
como hielo se sintieron.

Como navegantes observaron,
pastores sentados en capillas,
apreciándose los únicos castores
y con desprecio a otras presas,
también como la manada
cuales lobos los modelaban
opinando de todo el Universo.

Dijo la grande Osa:
¡Rocen sus nueces como Delfines,
no se muden en osos llorones,
junten toda la parvada,
acaricien al niño


73
El tren de las distancias

y en ronda con la doncella,
sin adoquines vuelen con la paloma!.

Delante del agua reflectora
en ruidosa promesa piaron,
las cosechas de frutas y verduras
a los hijos repartirían como hermanos,
aún transitando el hambre, la sed,
sólo con Luz Protectora,
serían abejas de panal,

también las mieses,
de la Impenetrable Galaxia,
de nebulosas estelares,
serían sublime mandato.
Como sus ojos sin uñas ven
y sus manos sin oídos tocan,
su cuerpo pendular colectará.

III

En el ribete del sol,
entre palmas y bostezos,


74
Lionel Henríquez

se deslizó la Osa Mayor
sobre sinusoidal cometa
entrando en prisma de cristal,
ofreciendo su composición
ante invocaciones del oso-delfín.

El, respirando la corriente,
mirando los contornos,
ofreció con plegaria sentida,
empollar en transparente rocío
su miel, su aliento, su amor,
lloviendo los mudos sermones
en áridos y fecundos corazones.

Cruzando ancha grieta
con centelleantes dentelladas,
de boina y mimetizándose
una orca quiso acariciarlo.
Variando del frío al calor
con campana de alta frecuencia
la dejó como leño ceniciento.

Mientras reflexionaba el río,




75
El tren de las distancias

una emplumada cacatúa
cotorreó que osos polares
por alianza con la camuflada
guardados y seguros estaban
y que nadara los vientos calmos.
Los osos ya refrendaron la defensa.

Digiriendo el desconocido timbre,
guardándolo entre lóbulos,
saltando y corriendo el llano,
adentróse en puerto vestido
por sendero de húmeda tierra
asiendo aire, agua y pensamientos,
se extasió con el firmamento.

Tierra adentro por venas de compota
en susurro de versos de caña dulce,
se posó en plaza de flores y cojines.
Zumbando la búsqueda de alto guía
dialogó con mutantes bramidos
con magisterial elefante,
se encarriló por senda de escuela rural.


76
Lionel Henríquez

Al patio escolar por conductos de luz,
braceando observó jardines, alamedas,
cachorros jugando trompos y volantines
preparándose a competencias,
vestidos con colores de ocasión,
unos corriendo, otros en bicicleta,
juntos a gacela conductora

que al filo de la ronda
entraría en charla amena.
Embelezado en los juegos y contornos,
rayos de luz le mostraron
mesa de cemento,
sin vidrio y con dama en expansión,
explosionando candados
frente a él quedaba.

La dama con saltos de pies y manos,
golpeó sin daño al delfín,
en ella vio su nuez transmutada
sin cáscara y semilla desnuda
y si pronto no la arropaba,
debería posar sus ramas

77
El tren de las distancias

en mesa de concreto armado.

Haciendo envoltorios adecuados,
con paciencia en iniciante carrera,
que permitieran lamer al oso y a él
su semilla y con ello entregar
el profundo y velado mensaje
de la Célibe Osa Mayor,
con su niño doncella y filtros,
a la vigilia nuevamente llegaron.


78
Lionel Henríquez

En el sueño no recordé mi insomnio

Soñé que era un niño canoso
de alma arropada
por juego de volantines.

Mis desvelos de hombre imberbe
eran las curvas de papalotes
en las nubes, junto al tiempo
de piernas amarradas
al árbol de alguna esquina.

Mis insomnios eran mis juegos
hiriéndose ante la ciega mirada
de la tierra hilvanada en su ropa
y frente a ojos de gorriones
cansados de zurcir ramas.

Mis angustias eran las cometas
deslizando sus hilos, curados en vidrio,
desafiando lúdicos talentos.

Y en el sueño no recordé


79
El tren de las distancias

que la riña de los voladores
se pasea por mi cama
entre nebulosas, junto al tiempo
de piernas anudadas
a las plumas de alguna golondrina
y delante de los ojos del hilo
cuyo vidrio rebana
cuello de sonámbulos.


80
Lionel Henríquez

Por la conquista de tierras heladas
(Muerte helada)

Perdiste el norte del magma en el hielo del
Polo Sur.
Te asomaste al espejo de la mirada
penetrante
Y sólo ahí encontraste los caminos
perdidos,
atrofiados en espirales, sumidos en
cavernas concéntricas.
Te arropaste con mantos de escalofríos.
Buscaste el sueño reparador en altares
susurradores.

Bebiste tu veneno en infusiones
aromáticas
a la espera de la sonrisa helada,
caminante de tus venas.
Nada quedaba sino el viento que
estrechaba tu aorta
resecando tu saliva en el infierno de tu
lengua.

81
El tren de las distancias

¿Moriré hoy? Preguntaron tus ojos de
nieve.
La melodía inconclusa de tu viaje terrenal
se apoderaba de los enmohecidos goznes
de las puertas y ventanas de tus oídos
inflamando la piel de tu cerebro.
¿Será Mañana? Volviste a preguntar.

Sólo intuiste esa respuesta
que te siguió a todas partes:
Tu cuerpo será
de los sabios que pisotean la tierra,
en esa atmósfera preconcebida
por aquellos dioses inmortales
que te dieron a beber el vino
de una mutante y única vida.

Entonces entornaste los ojos
y miraste aquellos sacrificios
de mullidos bueyes,
a la orilla del horizonte
que en tu nombre quemaban


82
Lionel Henríquez

esos genios que vivieron en tus espaldas.

Y sólo ahí dijiste:
“En el ombligo de las galaxias descansará
mi sangre testada”.
83
El tren de las distancias

En tu renacimiento

En profundo silencio,
en serena reflexión,
tu espíritu indómito
juzgará el tiempo y sus rituales.

Cabalgando por raíces
con crines en las manos,
tu corazón creerá en el día.

Acariciando ramas
en peregrino hastío,
bebiendo savia
confundirás el éxtasis de las flores.

Soñando en el camino
con inclinada pose,
velando tus pálpitos
te abrigarás con mantos de nubes.

A través del follaje
espoleando el potro,




84
Lionel Henríquez

tus pupilas trasuntarán las hierbas
en alas de golondrinas estivales.

A través de pétalos y aromas
con el amor al anca del corcel,
vivirás las noches y los días.
ocultando los hálitos de viejos temores.

Abrazado al cuello del semental
trotarás entre los árboles,
oliendo la humedad del bosque.

Con esos lentos pasos del rocinante
a su lado, conversándole a sus visiones,
entrarás por puertas y ventanas
caminarás oscuros y soleados pasillos.

Y...
En jaulas de milenarios alerces
encerrarás el tiempo y su ventura...
¡Tus ojos volverán a la profundidad del
[día!


85
El tren de las distancias

Crecimiento

En profundo e indómito silencio
machacando tus raíces
bebiendo infusión de savia,
confundiste el éxtasis de las flores.

Al subir por troncos, ramas
con manos y piernas de niño
en camino de intrincadas poses,
viviste penumbra y claridad.

Apartando hojas, a través
de pétalos, perfumes
tu vista peregrina escapó de
su rebelde y voluntarioso hastío.

Tus ojos a través de los árboles
en vuelo entre los cirros
atraparán el reloj de la ventura
sancionando el tiempo y su verdad.


86

Vida sin muerte

Ha fallecido la muerte,
se ofician lúgubres lamentos
en el altar de oscuro panteón,
sobre negras y blancas baldosas.

Entre bancas de mármol
lloronas desaguan impiedades
alumbradas con pálidos cirios
alzando cesantes guadañas.

En siniestro cortejo a contraluz
acólitos besan sus ojos sonrientes,
con mirada perdida viaja por el averno
vuela hacia las pestañas del universo.

Salmos y letanías en postrer esfuerzo
acallan quejas silentes de almas por
[renacer,
gritan ahogadas en túneles de luz:
“En el mañana después del funeral


87
El tren de las distancias

¿Qué será de la vida sin el cuerpo de la
[muerte?
¿Viviremos eternamente sin enjugar una
[lágrima?”
¡Sólo el eco responderá con un cósmico
[tic-tac!

Nosotros, después de la última despedida
con paciencia heredada, jugaremos a ser
[dioses.
¡La muerte ha muerto, larga vida a la
[muerte!



88
Lionel Henríquez

¡Renuncia a los antiguos moldes!

Zúrcete un aura en el cuerpo
y deja entrar por ella la energía
para encender el farol de la esquina,
esa en que se bifurca la calle de tu
cerebro
hacia el Orión de tu sonrisa y el mar de tu
dolor,
avenidas que se encuentran en el
parpadeo del horizonte.
¡Reniega la oscuridad de las veredas!
¡Tus pies deben penetrar la neblina del
ocaso
para llegar a ser simiente en la matriz de
la aurora!
Cuando logres incubarte en su tibieza,
nacerá,
crecerá ese verbo parido entre tus ojos
eclipsando en tus cejas las angustias.
Vamos, camina por la calle iluminada



89
El tren de las distancias

alcanza con tus manos esas mantas
bordadas
con la mirada de los dioses, con ella de
abrigo,
cruza las columnas, sumérgete en las
esferas
aquellas donde conviven con la misma
aura,
entre ruido y silencio, dolores y sonrisas.

90
Lionel Henríquez

En la antesala del universo

Tus puños se revuelcan en el llanto
al sentir el perfume del fracaso
ondulando de noche con sus pasos
por las vetas del mármol en tu espanto.
Sonrisas por recuerdos en ocasos
recorren la mirada de quebranto,
que buscó entre gorriones y pegasos
sentir el Universo entre sus cantos.
Son los inconsecuentes sentimientos
que cruzan el reloj de la confianza
apretando tus dedos soñolientos.
Engarfiada en el centro del aliento
el aura será el pan de la esperanza
en tus ojos viajeros por el viento.


91
El tren de las distancias

Desgano

Mis manos languidecen
y serán piernas que se refugien
en el claustro de los sueños.
Me sumerjo en la penumbra
y llamo a tientas
a los escalofríos del silencio,
para que conecten mis ópticas fibras
que hacen brillar en la oscuridad
la pantalla de mis visiones.
Y sólo acude a mi encuentro
la pesadilla, de la cuerda
que ata la serpiente a mis rodillas.

92
Lionel Henríquez

Todo de nuevo

El negro tinte de la sangre
se desquicia por mi piel
al ver viajar tu voz errática
como el vuelo de la mosca
Traspasas las telarañas del pasillo,
el fuego transforma
tus ojos en aguardiente.
Los enmohecidos goznes de la puerta
ceden a tus manos de flor naciente...
Sólo el tibio calor de otra placenta.


93
El tren de las distancias

Cerebro sonriente

Bajo tierra húmeda
entre alerces y pellines
a la sombra de oscuras lunas,
dejaste sumergida, sin aire,
entre estrellas, nebulosas
que jugaban en el patio de tu casa,
la chispa que apagó la fogata.
Husmeando por agujeros negros,
braceando por la Vía Láctea,
encontraste leña que ardió en tus latidos.
El corazón volvió a jugar sin escarcha
descerebrado, adolescente
entre los silencios de las sonatas.
Buscaste acordes que iluminaran
el piano, de la mano de violines.
Las melodías desenterraron
con la frescura de antaño
la pavesa, nutriente
de la inteligencia


94
Lionel Henríquez

que te hundió en la amargura.
Pestañearon seis lustrosos relojes
entre el ayer y el posible mañana.
Hoy caminas por el bosque
con mirada cartesiana.
¿Que me importa la incertidumbre
desvelada?
Todo está escrito con luz de candelas
en los papiros que dolientes esclavos
atan con su alimento, a mis dolores
ancestrales.



95
El tren de las distancias…

Prólogo 5
Patricia Lara 7
Madre, es la tarde... 9
Distancia en el tiempo 12
Esta calma de aromos... 14
En un tren fantasma 17
Monólogo post mortem 20
Magazine 22
Leyendo a Rimbaud 24
Nada ha cambiado 26
Marasmo de otros manantiales 28
Sin cerrojos 30
Imaginario 32
Acerca de unos vientos 35
Madre, no puedo, es la agonía 38
De escarchas y distancias 40
Sentencia de las uvas 42
Lionel Henríquez 45
Ese día 47
El juicio nocturno 50


97
Tu respuesta 52
Arquetipo 53
Desde una ventana 57
Agonía 59
Por donde camina el alma 61
Nocturno alienante 63
NOCTURNO: Vida Pasión y Muerte… 65
Alegoría nocturna 67
En el sueño no recordé mi insomnio 79
Por la conquista de tierras heladas 81
En tu renacimiento 84
Crecimiento 86
Vida sin muerte 87
¡Renuncia a los antiguos moldes! 89
En la antesala del universo 91
Desgano 92
Todo de nuevo 93
Cerebro sonriente 94



5. ENTRE DOS MANOS

Editor:
Arnulfo Vigil
Cuidado de la edición:
Pedro García Treviño
Producción:
Rocío Maybé Montalvo
© Primera Edición: Enero del 2005

OFICIO EDICIONES
MM. de Llano 1016 Ote
Centro CP 64000
Monterrey, NL.
MEXICO
Tel. (0181) 408905
e-mail: arnulfovigil@yahoo.com.mx

Prohibida la reproducción o transmisión
parcial o toral de esta obra en cualquier
fotocopia o sistema para recuperar
forma electrónica o mecánica, incluso
información, sin permiso del editor.


Impreso y hecho en México
Printed and made in Mexico



PRESENTACION

La poesía sigue siendo un milagro. Han cambiado las
fases de la tierra, las condiciones sociales, los
contextos, la arquitectura, la ciencia, los calcetines, los
alimentos, la política, la pintura, e, incluso, la poesía
misma. Pero la poesía, como como milagro que es pervive
a todas las circunstancias, y como milagro que es
impide que su vaya al túnel (o al olvido) lo bueno de
la vida: una copa de vino tinto, un abrazo tibio, el
perdón después del enojo, la solidaridad, la mano
abierta, un campo lleno de flores, la sonrisa del sol.
Y poesía es lo que se encuentra en estos pedazos de
materia orgánica llamados páginas, que forman ese
objeto de la inteligencia llamado libro. Poesía en cada
poro, en cada línea, en cada respiración. Este libro,
Entre dos manos, es osado por si mismo, ya que no es
común que un libro de poesía se escriba, como
correspondencia íntima, entre dos poetas, menos
entre un poeta y una poeta. Cuando un hombre y una
mujer se (re)únen nace una tercera figura: la pareja, es
decir, el monstruo, es decir, la poesía.
Dos en uno y uno en dos: Patricia Lara Arriagada y
Lionel Henriquez Barrientos. Patricia: la poesía

...5

rebelde, rabiosa en su bondad. Lionel: e! extraño que
nada entre el número y la letra: la matemática y la poesía.
Por eso es importante este libro, porque es la voz de
dos en uno, en una, que es a la vez la voz de todos,
del todo y de la nada, del absoluto amor. Un libro de
poesía para leer como fue escrito: entre dos.


ARNULFO VIGIL
Monterrey, N.L México, 2005



Indice

5 / Presentación / Arnulfo Vigil

El: Lionel

9 / Promesa
10 / Erótico
11 / Alquimia de amor
12 / ¿Dime dónde?
13 / Nos amamos
14 / Universos paralelos
15 / Nuestro viaje
16 / Hoy descanso gracias a ti
17 / Tu voz
18 / Momentos de vida
19 / Fue el comienzo, hoy un día para recordar
20 / Ayer, en un andén
21 / Dime tú
22 / ¿Te acuerdas amor?
23 / Amantes
25 / Tu dolor
26 / Imagen nocturna
27 / Un bello recuerdo
28 / Dormida
29 ¡Házme morir de una vez!

Ella: Patricia

33 / Décimas de cumpleaños
35 / Coronación y el pellín
37 /A quién le importa
39 / Por la calle buscando un café
41 / Aforismos de tu piel
43 / Ay de ti si sollozas...
45 / De mañanas, de tranvías y ventanas
47 / Sólo tu boca en banda de jazz
49 / Retruécanos
50 / Flechas en el tiempo
52 / Ruta y destino
54 / De relicarios y campanas en el paseo huérfanos
57 / Arcanos en viaje de amantes
59 / De tu nombre y de silencios
61 / Rondó del silencio
63 / Girasoles y amapolas de un 14
65 / Letanías para la caída de los ángeles
67 / Aquelarre dos
69 / De grillos y violines en una tarde de enero


Entre dos manos
de Patricia Lara y Lionel Henriquez
se terminó de editar e imprimir
en los talleres gráficos de
OFICIO EDICIONES el 25 de enero del 2005.
Se tiraron 500 ejemplares
más sobrantes para reposición.